Durante el período estival hemos escuchado al ministro Soria proponer que nuestras vacaciones las programemos para destinos nacionales porque son mucho más encantadores que los internacionales. Cuando esto mismo lo escuchamos del anterior ministro de industria, Miguel Sebastián, se abrió la caja de pandora y estallaron truenos y relámpagos. Ahora resulta que es una medida perfecta.
Hoy, leyendo aquí y allá, me encuentro con una especie de propuesta imposible de llevar a cabo, pero no por ello menos curiosa: Cuentan que si los 45 millones de españoles que somos consumiéramos sólo y exclusivamente productos "made in spain" durante tres meses, la demanda de nuestros productos se dispararía y se iniciaría un proceso de reactivación de nuestra economía, crecería el empleo, recaudaríamos impuestos y podríamos saldar definitivamente la deuda que nos está hundiendo.
Cuando el exministro Miguel Sebastián lanza la idea del “factor España” que consistía en el consumo por parte de los ciudadanos de un máximo de 150 euros al año en productos españoles, vuelve a estallar la bomba. Se le insultó, se le tachó de proteccionista y de autárquico. Políticos y economistas se llevaron las manos a la cabeza.
Es posible que sean, y de hecho lo son, medidas proteccionistas. Pero si proteccionistas eran entonces, proteccionistas siguen siendo ahora. Y aquellos que se llevaron las manos a la cabeza entonces, también se las deberían de llevar ahora cuando el ministro Soria nos manda a Benidorm y a Torremolinos, dos lugares preciosos por cierto.
Si al menos nos hubiera recomendado otros lugares... ¡Qué gente!
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